Diario de una viajera
Encarna Velasco es una apasionada de la gente, hasta tal punto, que tras conocer a una persona nueva, deja reflejado en su diario (especie de cuaderno del viaje de su vida) el descubrimiento. En ese afán de conocer a quienes le rodean, no se ha fijado fronteras, y practica el siempre sorprendente arte del encuentro con los otros, desde Tíbet a Yemen, desde Vietman a Nicaragua.
Precisamente nació rodeada de una multitud, seis hermanos entre los que como consecuencia de las dificultades económicas y en contra de la educación de una época, se impuso la ley de la supervivencia: ella y sus hermanas hacían pagar a los chicos de la familia, un tributo monetario a cambio de la realización de las tareas del hogar que imponía la tradición.
Encarna aunó experiencia vital y hobby, por eso disfruta ayudando a los más desfavorecidos allá donde vaya. Las casualidades de la vida laboral la situaron en Valencia como punto del mapa donde fijar su campamento de viajera; pero quién sabe... hasta dónde llegará con sus ganas de conocer y ayudar.
Encarna como luchadora por la mujer, ¿qué te parece el tema de la igualdad? Me ha costado más que a los hombres sacar mis puestos de trabajo y me lo he tenido que ganar a base de codos y esfuerzo. En la escuela pública siempre he sido igual de pagada que los hombres. Con mis hijas cuido que sus experiencias sean positivas.
Yo cuando me acerco a una persona no tengo en cuenta el sexo o color. Siempre escribo en mi diario cuando conozco a alguien, sobre la impresión que me causa conocer a gente nueva.
Encarna, aunque nunca te ha gustado ostentar ningún cargo o puesto directivo, ¿entenderás que tiene que haber un jefe?Personalmente nunca he querido esa responsabilidad. Con los años me atrevo ya a decir abiertamente que es porque siempre he sido tímida. En mis años en la escuela pública, nosotras incluso elegimos a un hombre al que no veíamos muy capaz porque ninguna de nosotras quería.
Te conozco y hubieras sido un líder, una jefa estupenda. Sirvan mis palabras de alabanza. Te veo muy capaz.Muchas gracias.
Como profesora, ¿qué opinas sobre la promoción de la asignatura de Educación para la Ciudadanía pero dándola en inglés?Es una forma de enmascarar la asignatura porque no se quiere dar. De quitarle importancia.
Te confiesas viajera empedernida, has visitado muchas culturas diferentes ¿Cuál te ha impactado más?De los últimos viajes, Tíbet. Me ha impresionado el budismo, la forma de vivir; aunque el tema está muy enredado. Pero también en Vietnam me llamó la atención esa población tan trabajadora, joven. Imitan las marcas americanas, y haciéndolo se ríen de Europa, de América. En Camboya pude presenciar el tráfico sexual de las niñas con americanos mayores, la mutilación... Este verano me voy a África a conocer las tribus del sur.
La verdad, es que no sé como somos capaces de quejarnos de algo en Europa vistas las condiciones de vida de otros países. Siempre reivindico el 0,7% de nuestro gobiernos como mínimo ¡Qué egoístas somos!
Conociendo tan bien la actualidad que nos rodea por tus viajes e internet; me llama la atención que defiendas tanto la cultura árabe, el Islam, que es tan machista, que subyuga a la mujer ¿por qué lo defiendes?Pienso que esos paises tienen que dar un cambio. Me ha llamado mucho la atención, la situación tan deprimente de Yémen, Camboya. Donde una mujer no se puede ni fotografiar, ni hablar con ella (Yémen). Tuve una curiosa experiencia en este país: en un callejón solitario, una mujer que pude intuir joven, oculta tras el velo, me miró, me cogió las manos, no nos dijimos nada, ni una palabra; pero con la expresión me comunicó mucho. Lo que me une a estos países o culturas es la mujer, y que son los antecedentes de la nuestra. La situación poco a poco está cambiando y la mujer hace porque así sea.
Naciste en Madrid, ¿por qué te viniste a Valencia?Yo estudié Magisterio y Pedagogía. El Ministerio de Educación ofreció la oportunidad para ir a trabajar durante seis meses a Nicaragua. Y yo que siempre he tenido un sentido aventurero me apunté. El proyecto era una continuación de las cruzadas de alfabetización iniciadas por Fidel Castro en Cuba. Imagínate la situación precaria de Nicaragua, años ochenta, recien caido Somoza. Nuestra misión era trabajar con universitarios que eran los encargados de alfabetizar y enseñar a los adultos.
¿Conociste a Fidel en Nicaragua?Sí. Asistíamos a comparecencias interminables de Fidel Castro que había sido el iniciador del proyecto.
Y de Nicaragua a Valencia...Trabajé después en el Centro de Estudios Pedagógicos. Solicité meterme en la educación pública y opté por plazas en Madrid, Barcelona y Valencia. Finalmente salió esta. Y puedo decir que Valencia es mi ciudad, y mis hijas son valencianas.
Para terminar, me sorprende tu colaboración con la Iglesia en cierta etapa de tu vida ¿cómo se produjo?En Madrid la asociación de vecinos estaba muy próxima a la Iglesia, y yo me encargaba de llevar la Biblioteca.
Al término de la entrevista (realizada por sus propios compañeros del aula de medios de comunicación) Encarna vuelve a guardar sus sentimientos e ideas en la maleta de sus viajes, para compartirlos sin reservas con el próximo ser humano que se le cruce. Sin atender a colores, sexos o culturas. Ella mujer de palabras y palabra, es una de las privilegiadas que ha descubierto que para comunicar no es necesario hablar.